Antes del partido en casa de la semana 16 contra los Pittsburgh Steelers, los Kansas City Chiefs se encuentran con un récord de 10-4. En parte porque Patrick Mahomes ha seguido el ejemplo de Tom Brady.

Munich – Hace casi dos meses que Patrick Mahomes se quedó sin palabras. Frustrado. Perplejo. En busca de una solución.

Desde entonces, han sucedido cosas que demuestran que el mariscal de campo de los Kansas City Chiefs es uno de los grandes de su profesión, ya que el jugador de 26 años ha demostrado que no sólo puede disparar de todas las armas y conjurar grandes jugadas en el campo, sino también liderar un equipo. En las últimas ocho semanas, ha sacado a los Chiefs de la crisis.

Esa también es una de las tareas principales de un mariscal de campo: encontrar soluciones cuando son necesarias.

Un récord de 3:4 en ese momento hizo que Mahomes se enfrentara a algunas preguntas, a las que desde entonces ha encontrado respuesta. El resultado: antes del partido en casa de la semana 16 contra los Pittsburgh Steelers, el equipo está 10-4, tras siete victorias seguidas.

Y esto también es gracias a Tom Brady.

Porque la leyenda del juego ha tomado a Mahomes como modelo, ha cambiado su juego, ha adaptado su enfoque. Porque, al final, lo que importa es la «W», la «victoria», en otras palabras.

Se trata de ganar

«Al cien por cien», dijo Mahomes cuando se le preguntó si Brady era un modelo a seguir en la fase de búsqueda. «Al final, sólo quiere ganar». O como también dice Mahomes: «Mientras tengas esa victoria, nada más importa». Porque quedan las victorias, el espectáculo que Mahomes ha representado hasta ahora, que se desvanece cuando las victorias no se materializan.

Y con ello, las estadísticas personales pierden importancia. Especialmente esos. Porque ha aprendido que se siente «terrible» cuando lanza para 500 yardas y cinco touchdowns pero aún así pierde el juego.

En su mayor parte, tanto el éxito como el espectáculo siempre han funcionado, pero esta temporada Mahomes a menudo no llegó a ninguna parte con su estilo de juego. Entonces siempre buscaba la gran solución, el pase de riesgo, y trataba de forzar algo.

Tuvo nueve intercepciones hasta la semana 7 inclusive, desde entonces sólo ha tenido cuatro. Al mismo tiempo, sólo lanzó para más de 400 yardas dos veces, para un total de ocho touchdowns, pero en los otros cinco partidos siempre estuvo por debajo de las 300 yardas. En dos partidos no anotó ningún touchdown, en otros dos sólo uno.

Su juego presenta ahora una nueva faceta: La paciencia. Las habilidades estratégicas de un «director de juego». Esto se sustenta en el hecho de que es autocrítico y reflexiona sobre sus actuaciones, que es lo que hace posible el acto de equilibrio entre el nuevo y el viejo Mahomes en primer lugar.

«Eso es algo que tuvimos que aprender», dijo Mahomes. «Creo que es uno de los mayores retos de esta temporada. Con la forma en que los defensores juegan contra nosotros, tienes que aprender a tomar las unidades cortas y hacer las unidades largas. Creo que eso nos ha hecho mejores porque siempre podemos tener las grandes jugadas».

Más imprevisible por el cambio

Esto hace que Mahomes, y por tanto el equipo, sea más imprevisible. Pero también está claro que no es sólo Mahomes quien está contribuyendo al éxito actual, sino también, por ejemplo, la mejora de la defensa, cada vez va a más, aunque no todo funcione como en años anteriores.

«Si somos capaces de demostrar que podemos correr por el campo de forma estratégica y paciente, será difícil que la defensa nos detenga», subraya Mahomes.

Entonces el niño problemático de la primera mitad de la temporada volverá a ser un serio aspirante a la Super Bowl después de todo.

También gracias a Tom Brady.