Como de costumbre, los quarterbacks están por delante en las apuestas para el premio MVP en la NFL. Pero, ¿por qué? Ninguno de los playmakers destaca realmente. Si este año no le dan el premio a un jugador que no sea quarterback, ¿entonces cuándo?

Es la misma imagen de siempre cuando se observan las discusiones anuales sobre el premio al Jugador Más Valioso (MVP) de la NFL.

Normalmente, como ha ocurrido este año, son los quarterbacks de los mejores equipos los que salen victoriosos. En este caso, Brock Purdy de los San Francisco 49ers, Dak Prescott de los Dallas Cowboys, Lamar Jackson de los Baltimore Ravens y Jalen Hurts de los Philadelphia Eagles.

Todos estos equipos tienen diez victorias, la mayor cantidad de la liga. Y, sin duda, el de quarterback es el puesto más difícil e influyente del fútbol americano. Pero, ¿eso le convierte en el jugador más valioso de su equipo? ¿O incluso de toda la liga?

El caso Brock Purdy: por qué tenemos que volver a tomarnos en serio la V de MVP

Todo se aclara cuando se trata de Brock Purdy. En primer lugar: «Mr Irrelevant» de 2022 está jugando una temporada sobresaliente. Es el número dos en pases recibidos, el número tres en yardas de pase, el número uno en yardas por pase y el número dos en touchdowns de pase. Nos quitamos el sombrero ante ello.

Sin embargo, y hay que ser honestos, también tiene a los mejores jugadores a su alrededor. Con Deebo Samuel, Brandon Aiyuk y Jauan Jennings, tiene uno de los mejores grupos de receptores, con George Kittle uno de los mejores ala cerrada, con Christian McCaffrey probablemente el mejor corredor y con Trent Williams probablemente el mejor tackle izquierdo de la liga.

Antes de preguntarse si Purdy es el jugador más valioso de la liga -porque para eso se creó originalmente el premio MVP-, hay que preguntarse si es el jugador más valioso de su equipo. Eso es porque McCaffrey tiene 21 toques por partido en lo que va de temporada, con un total de 124 yardas por partido.

¿Acaso no es el motor de la ofensiva, siempre dejando huecos detrás de los linebackers rivales con su peligro como portador del balón, que Purdy luego -y esto no debe quedar sin mención- golpea con gran precisión? ¿Qué pérdida perjudicaría más a la ofensiva de los 49ers, o qué sería más difícil? ¿Sustituir a Purdy o sustituir a McCaffrey? La respuesta es relativamente clara:

Hill, McCaffrey, Aubrey: La definición de «valioso «

En un año en el que los cuatro quarterbacks mencionados tuvieron sus fases débiles, definitivamente sería el momento de dar el premio a otra posición. La última vez que esto ocurrió fue en 2012, cuando Adrian Peterson fue elegido MVP. En aquel entonces, él solito llevó a una ofensiva liderada por Christian Ponder a diez victorias y a los playoffs.

En 1986, Lawrence Taylor, probablemente el mejor pass rusher de la historia de la NFL, fue el último jugador de la defensa. Por aquel entonces, se impuso a leyendas como John Elway, Joe Montana y Jerry Rice. En aquella época, el valor de un jugador se medía más allá de sus estadísticas. Por cierto, Rice nunca ganó el premio MVP.

Tyreek Hill sería uno de esos nombres en 2023. Se suele decir que un receptor sólo puede ser MVP si bate todos los récords en una temporada. Pero ese es el quid de la cuestión: ¿Por qué tienen que ser siempre las estadísticas?

En la derrota ante los Tennessee Titans en la Semana 14, la ofensiva de los Miami Dolphins se durmió sin Hill, que tuvo que retirarse lesionado. Su sola presencia cambia todo el enfoque de la defensa.

O Brandon Aubrey. El pateador novato de los Dallas Cowboys aún no ha fallado ni un solo intento de gol de campo. 30 intentos, 30 goles de campo, ocho de ocho desde 50 yardas o más. ¿Cuán tranquilizador -y por lo tanto valioso- debe ser para un entrenador saber que los puntos son prácticamente seguros desde la línea de 40 yardas del oponente?

Al final, la Associated Press, que realiza la encuesta, casi con toda seguridad volverá a decantarse por un quarterback.

Que esto responda siempre al espíritu del término «jugador más valioso» está -especialmente este año- claramente en entredicho.