Justin Tucker se perderá los primeros diez partidos de la nueva temporada debido a una suspensión. Tras las acusaciones de acoso sexual, los equipos de la NFL deberían sacar las conclusiones pertinentes y no darle una segunda oportunidad a Tucker, según un comentario.

Durante casi doce años fue una constante en los Baltimore Ravens. Justin Tucker consolidó su estatus de leyenda en Baltimore durante más de una década con un rendimiento increíblemente constante y una serie de récords de la NFL.

Hasta que, en la temporada 2024, el mundo casi perfecto en el que vivía Tucker se tambaleó. El pateador más certero de la historia de la NFL tuvo un comienzo horrible: tras 13 jornadas, había fallado ocho goles de campo y dos puntos extra. Ambos son récords negativos para un pateador que, por lo demás, es muy preciso.

Es cierto que Tucker se estabilizó tras la semana de descanso en la jornada 14 y no volvió a cometer ningún error. Sin embargo, seguían existiendo dudas sobre su estatus como «mejor pateador de la liga», que aún tenía por consenso al comienzo de la temporada.

Dada su situación contractual como uno de los pateadores mejor pagados, los Ravens se enfrentaban a una situación difícil: ¿podían despedir a la leyenda de su franquicia por una temporada floja? ¿O esta decisión les pasaría factura, sobre todo teniendo en cuenta la fidelidad de sus aficionados?

Los Ravens despiden a Tucker tras las acusaciones

Antes incluso de que terminara oficialmente la temporada, una noticia pareció tomar la decisión por Baltimore: varias masajistas acusaron a Justin Tucker de acoso sexual.

Tres meses después, los Ravens ficharon a Tyler Loop como sucesor de Tucker y despidieron a su veterano pateador pocos días después. Posteriormente, ninguna franquicia mostró interés en el pateador, ya que los equipos se mantuvieron al margen debido a las consecuencias deportivas inciertas de las acusaciones en ese momento.

Ahora está claro: Tucker tendrá que ver los primeros diez partidos de la NFL desde la grada. ¿Deberían ficharlo equipos con aspiraciones de llegar a los playoffs para el sprint final de la temporada? Al fin y al cabo, sigue siendo el pateador más exitoso de la historia de la NFL y no cometió ningún error en la recta final de la temporada.

Deshaun Watson como elemento disuasorio

La respuesta clara: ¡no!

Desde un punto de vista puramente deportivo, los equipos se debilitan rápidamente cuando tienen jugadores en posiciones importantes, como el quarterback o el pass rush, incluso si son estrellas con problemas fuera del campo, pero la posición de pateador no es una de ellas.

Además, el descenso en el rendimiento de Deshaun Watson tras una suspensión similar ha demostrado que nadie puede predecir cómo se recuperarán mentalmente incluso las estrellas más consolidadas de este tipo de acusaciones.

En general, el caso Watson debería facilitar a los equipos con problemas en la posición de pateador la decisión de prescindir de Tucker. Al fin y al cabo, en este caso solo ha habido un ganador: los Houston Texans, que han conseguido tres selecciones de primera ronda en el traspaso del quarterback a los Cleveland Browns.

La NFL debería sentar ejemplo con Tucker

Aunque la moral no siempre es una prioridad en la NFL, en este caso no debería pasarse por alto. Tucker ha negado todas las acusaciones hasta ahora, pero la suspensión de diez partidos es el resultado de una negociación entre la NFLPA, la NFL y los asesores de Tucker, según informa el «Washington Post». Lo que, desde la perspectiva de Tucker, también se puede considerar una concesión.

La NFL hace bien en aprender de sus errores. Los jugadores que se enfrentan a acusaciones tan graves no deberían tener cabida en la liga.

Nunca ha sido tan fácil dar ejemplo con un jugador estrella. Tucker tendrá 36 años cuando termine su suspensión y ya ha pasado sus mejores días. Si las acusaciones no se demuestran completamente falsas, ninguna franquicia debería volver a fichar a Tucker.