A pesar de la gran actuación de Amon-Ra St. Brown, los Detroit Lions han sufrido un nuevo revés en la carrera por los playoffs de la National Football League (NFL). El equipo, liderado por el brillante jugador germano-estadounidense, cayó por 34-41 ante los Los Angeles Rams y sigue temiendo quedarse fuera de la postemporada.
St. Brown consiguió dos touchdowns y, con 164 yardas recibidas, el jugador de 26 años también estableció un récord personal de la temporada. Al wide receiver, que atrapó 13 de 18 pases, solo le falta un touchdown para igualar su mejor marca de la temporada pasada. «Es muy duro», dijo St. Brown sobre la derrota y vio la necesidad de mejorar: «Tenemos que mejorar en ataque. Tenemos que terminar mejor nuestras jugadas y sacar más provecho de ellas, especialmente contra un equipo como este».

Con esta victoria, los Rams se convirtieron en la primera franquicia en clasificarse para los playoffs, seguidos poco después por los Denver Broncos. El 34-26 contra los Green Bay Packers supuso la undécima victoria consecutiva para el club de Mile High City. El quarterback Bo Nix lanzó cuatro pases de touchdown.

El regreso de Philip Rivers tuvo un final amargo. El jugador de 44 años, que regresó tras cinco años de retiro, lanzó una intercepción con la camiseta de los Indianapolis Colts a pocos segundos del final y selló la derrota por 16-18 ante los Sattle Seahawks. Indianapolis había contratado al quarterback durante la semana, después de que el número uno, Daniel Jones, sufriera una rotura del tendón de Aquiles.

Los Colts llegaron a ir ganando por 13-3, pero no lograron mantener la ventaja. Seattle no consiguió ningún touchdown, y el pateador Jason Myers anotó todos los puntos con seis goles de campo (récord del club). Entre ellos, un tiro exitoso desde 56 yardas a 29 segundos del final del partido.

Detroit, con ocho victorias y seis derrotas, es solo tercero en la NFC Norte, por detrás de los Chicago Bears (10-4) y los Packers (9-4-1). Green Bay teme por su superestrella Micah Parsons tras la derrota en Denver. Se teme que el defensive end haya sufrido una rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda.