Los planes para el estadio de los Washington Commanders se enfrentan a oposición e incertidumbres.
Los Washington Commanders quieren construir un nuevo estadio. Sin embargo, cualquier acuerdo que se alcance entre la franquicia y el Distrito de Columbia, responsable de la zona, está sujeto a dos importantes condiciones.
Por un lado, los socios comerciales del propietario del equipo, Josh Harris, deben dar su consentimiento, y por otro, el ayuntamiento de Washington D. C. también debe aprobarlo. El segundo componente podría suponer un reto.
El «Washington Post» informa de que la alcaldesa Muriel Bowser está impulsando el posible acuerdo. Sin embargo, el presidente del ayuntamiento, Phil Mendelson, declaró recientemente que no había sido informado ni consultado sobre las negociaciones con el equipo.
Además, añadió: «Me parece preocupante que la alcaldesa crea que una actuación unilateral sea la mejor manera de proceder, sobre todo cuando el ayuntamiento tiene que dar su aprobación final».
¿Viviendas en lugar de un estadio?
A esto se suma que el Congreso ha recortado mil millones de dólares del presupuesto de la capital estadounidense, lo que ha provocado un déficit de 410 millones de dólares.
El posible acuerdo, del que informó en primicia «NBC Washington», supondría que el equipo y/o la NFL tendrían que aportar hasta 2500 millones de los 3000 millones que costaría el estadio. No obstante, la ciudad aún tendría que aportar 500 millones de dólares.
Por cierto: también hay resistencia entre la población contra los planes del estadio. Actualmente hay en marcha una campaña titulada «Homes Not Stadiums» (Casas, no estadios), que aboga por viviendas más asequibles en lugar de un nuevo estadio.
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