La inauguración del U.S. Bank Stadium, sede de los Minnesota Vikings, fue hace sólo siete años. Sin embargo, el estadio ya necesita un mantenimiento de cientos de millones de dólares.

El hogar de los Minnesota Vikings corre el riesgo de convertirse en una tumba multimillonaria en los próximos años.

Según informa el Minneapolis Star Tribune, se espera que el U.S. Bank Stadium necesite una inversión de unos 280 millones de dólares en reparaciones y mejoras durante los próximos diez años para mantenerse en «óptimas condiciones», según un informe. Al parecer, sólo el año que viene se invertirá la friolera de 48 millones de dólares en gastos de mantenimiento.

El estadio, de 1.100 millones de dólares, no se inauguró hasta 2016, cuando se convirtió en el mayor proyecto público-privado de la historia de Minnesota. La ciudad de Minneapolis pagó 150 millones de dólares, los contribuyentes estatales aportaron 348 millones y los propietarios del equipo, la familia Wilf, pagaron el resto en su momento.

A día de hoy, el recinto de los Vikings está considerado uno de los estadios más modernos de la NFL. Para que siga siéndolo en el futuro, será necesario un amplio plan de financiación para hacer frente a la explosión de los costes.

Minnesota Vikings: el presupuesto estatal cubrirá los costes del estadio

«¿Hay dinero suficiente para cubrir esos costes? La respuesta es no», afirma Michael Vekich, Presidente de la Autoridad de Instalaciones Deportivas de Minnesota.

Los Vikings y los contribuyentes de Minnesota aportan anualmente al fondo de inversión del estadio, que actualmente asciende a 16 millones de dólares, según el informe. Pero sólo el complejo audiovisual del estadio, una de las zonas centrales en los eventos, requerirá 14 millones de dólares en costes de mantenimiento, según el informe.

Vekich subrayó tras la publicación del informe sobre el estadio, que por sí solo costó 527.500 dólares, que se pedirá a la legislatura estatal una financiación de 48 millones de dólares para 2024.