El futbolista profesional Byron Jones ha criticado a la NFL por ser una dura fábrica de huesos y ha hecho un llamamiento a las generaciones venideras de jugadores.
El jugador profesional de fútbol americano Byron Jones ha criticado a la NFL por ser una dura fábrica de huesos y ha hecho un poderoso llamamiento a las generaciones venideras de jugadores. «No puedo correr ni saltar por las lesiones que he sufrido en este deporte», escribió en Twitter el jugador de 30 años. Afirmó que los departamentos médicos de los equipos inyectan rigurosamente a los jugadores para que se pongan en forma, sin tener en cuenta la salud ni las consecuencias a largo plazo.
«NO tomes las pastillas que te dan. NO tomes las inyecciones que te dan», escribió Jones además: «Si es absolutamente necesario, consulta a un médico externo para conocer los efectos a largo plazo».
El defensa Jones, que fichó por los Miami Dolphins como cornerback y anteriormente vistió la camiseta de los Dallas Cowboys, se perdió la temporada pasada debido a una operación en el tendón de Aquiles.
Ha sido un honor y un privilegio jugar en la NFL, pero ha tenido un coste desafortunado que no había previsto», añadió Jones, quien, según ESPN, aún no ha dado por terminada su carrera: «En mi opinión, ningún éxito profesional o ganancia económica merece un dolor crónico y una discapacidad evitables». Buena suerte en el draft de 2023″.
En el draft suelen participar jugadores junior de colegios y universidades, con la esperanza de ser seleccionados por un equipo de la NFL. En el periodo previo al draft, los jugadores pueden demostrar sus habilidades en el Combine, donde se enfrentan a diversos retos como un sprint de 40 yardas.
Jones estableció un récord del Combine en 2015 que sigue vigente hoy en día. En aquella ocasión, saltó 3,74 metros desde parado. «Mucho ha cambiado en los últimos ocho años», escribió ahora.
La propia NFL siempre hace hincapié en que la salud de sus jugadores es lo más importante. La liga endureció recientemente el Protocolo de Conmociones Cerebrales, que prescribe cómo tratar a los jugadores lesionados en la cabeza. En enero, el safety de los Cincinnati Bengals, Damar Hamlin, sufrió una parada cardiaca tras un fuerte golpe y tuvo que ser reanimado en el campo.
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