El comisionado de la NFL, Roger Goodell, ha reaccionado con gran consternación ante el atentado mortal perpetrado en Nueva York, que al parecer tenía como objetivo la oficina de la liga profesional de fútbol americano. El acto del hombre de 27 años de Las Vegas, que mató a cuatro personas en un edificio de oficinas y luego se suicidó, es «un acto de violencia indescriptible», dijo Goodell a la cadena estadounidense CBS.
En un comunicado, Goodell también informó de que un empleado de la oficina de la NFL había resultado gravemente herido, pero que se encontraba en estado estable en el hospital. El resto de empleados que se encontraban en el lugar se encuentran bien. Sin embargo, un policía de 36 años, una directora de la empresa de inversiones Blackstone y otros dos hombres murieron en el tiroteo.
«Estamos profundamente agradecidos a los agentes de policía que respondieron con rapidez y determinación a esta amenaza, y al agente Islam, que dio su vida para proteger a otros», declaró Goodell. El comisionado aseguró «un apoyo considerable» a sus empleados y que habrá «una mayor presencia de seguridad» en el edificio «en los próximos días y semanas».
En una nota de despedida encontrada junto al cadáver del asesino, según el alcalde de Nueva York, Eric Adams, el tirador afirmaba padecer encefalopatía traumática crónica (CTE). Se trata de una enfermedad cerebral causada por traumatismos craneales graves y que puede aparecer en deportes de contacto. Al parecer, el autor actuó movido por el odio hacia la liga de fútbol americano. «Parecía culpar a la NFL de sus lesiones», afirmó el alcalde.




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