Hace unas semanas, los Pittsburgh Steelers llegaron a un acuerdo con Aaron Rodgers. Mientras tanto, el quarterback vuelve a ser noticia fuera del campo. Un comentario.

Poco a poco, las piernas de Aaron Rodgers deben de empezar a fallarle, dada la frecuencia con la que el quarterback ha anunciado que este será el «último baile» de su carrera en la NFL.

Hace unas semanas, el jugador de 41 años firmó un contrato de un año con los Pittsburgh Steelers.

Antes del primer snap, ya lo anunció en una de sus apariciones en el programa de Pat McAfee: «Probablemente este sea mi último año. Lo que realmente quería era terminar mi carrera con mucho amor, diversión y paz. Y por eso me decidí por los Steelers. Pittsburgh es una franquicia magnífica y gloriosa».

Rodgers acapara los titulares

No se entiende muy bien por qué Rodgers ha decidido ahora, antes del comienzo de la temporada, anunciar públicamente que se retira, acaparando así los titulares.

Sobre todo porque los Steelers y el entrenador jefe Mike Tomlin están corriendo un riesgo con el quarterback.

Aunque Tomlin es uno de los entrenadores principales en activo con más experiencia y éxito de la NFL, los Steelers no han conseguido grandes resultados en los últimos años, a pesar de la racha de temporadas con más victorias que derrotas.

La silla de Tomlin como entrenador debería estar aún a una temperatura moderada. Sin embargo, si el experimento con Rodgers fracasa, podría calentarse rápidamente.

Steelers: Rodgers debe cumplir

El hecho de que Rodgers vuelva a ser noticia en la prensa solo aumenta las expectativas.

Porque el propio quarterback debe demostrar primero en el campo que puede recuperar su antigua forma, independientemente de si se retira o no.

Por supuesto, Rodgers pertenece al círculo de élite de los mejores quarterbacks de la historia de la NFL, pero su última temporada al máximo nivel ya queda cuatro años atrás.

Y, como es bien sabido, en el baile ocurre algo similar que en la caída. Un paso en falso puede tener graves consecuencias.