Los Patriots se deslizan cada vez más hacia la tierra de nadie de la NFL. Mientras tanto, el entrenador en jefe Bill Belichick ya no es intocable.

Los Patriots de Nueva Inglaterra están sumidos en una profunda crisis. Por primera vez desde 1995, la franquicia comenzó la temporada con un récord de 1-5.

Mientras que el mariscal de campo Mac Jones en particular ha sido objeto de fuertes críticas y su futuro aún no parece claro, el aire también es aparentemente cada vez más delgado para el entrenador en jefe Bill Belichick.

«Esas discusiones ya han tenido lugar. Puedo asegurarte que Robert escucha las críticas. Él oye la ira en el suelo y la gente en las instalaciones del equipo sabe a ciencia cierta que él oye la ira de la base de fans», señaló el reportero Albert Breer de «Sports Illustrated» en el programa de entrevistas de radio «The Herd with Colin Cowherd».

En consecuencia, las discusiones sobre el futuro del jugador de 71 años llevan tiempo en marcha: «Creo que ahora estamos en el punto en el que se trata sólo de un despido», aclaró Breer.

Bill Belichick está serrando su legado cada vez más

Belichick gana 20 millones de dólares al año, según Sportico, lo que le convierte en el entrenador mejor pagado de la NFL.

La temporada 2023 ya es su 24ª como entrenador jefe de los New England Patriots. Ningún entrenador en la historia de la NFL ha ganado seis títulos de Super Bowl.

En los últimos años, sin embargo, Belichick ha empañado cada vez más su inigualable carrera y legado con cuestionables decisiones de personal y su reticencia a ceder responsabilidades dentro de la franquicia, dejándose a sí mismo vulnerable.

La era posterior al quarterback estrella Tom Brady, que comenzó en 2020, ha sido de todo menos halagüeña. Cada vez más críticos se sienten reivindicados por el progresivo declive de los Pats en el sentido de que Belichick solo pudo tener tanto éxito a lo largo de los años gracias a Brady, y a estas alturas ya no habría duda sobre cuál de los dos había sido más importante para la dinastía de los Patriots.

Para muchos aficionados de los Patriots, el marcado contraste entre las dificultades de Belichick para reconstruir a los Patriots y la victoria de Tom Brady en la Super Bowl con los Tampa Bay Buccaneers en el primer año tras su marcha era una clara muestra de esta tesis.