Los Baltimore Ravens se refuerzan con el cornerback Jaire Alexander, un ex All-Pro. Con ello, los Ravens siguen armándose y ya no hay excusas. Un comentario.
Los Baltimore Ravens han enviado un mensaje claro con el fichaje del cornerback Jaire Alexander: no quieren hacer concesiones en 2025 y quieren ganar por fin la Super Bowl.
La antigua estrella de los Green Bay Packers ha firmado un contrato de un año por hasta seis millones de dólares, una decisión convincente tanto desde el punto de vista estratégico como emocional.
Sin embargo, en las dos últimas temporadas esto ha sido más bien una excepción. Las lesiones en la rodilla, la espalda, el hombro y la ingle le han limitado a solo 14 partidos en este periodo, y últimamente ha estado luchando contra una rotura del ligamento cruzado posterior.
Este historial de lesiones fue la razón principal por la que los Packers le despidieron tras siete años, ya que su elevado salario ya no se justificaba con su tiempo de juego.
Para los Ravens, se trata de un riesgo calculado: el contrato es a corto plazo y está repleto de incentivos, lo que minimiza la carga financiera. Si Alexander se mantiene sano, aportará cualidades de All-Pro a una defensa ya de por sí fuerte. Su capacidad para neutralizar a los mejores receptores y sus habilidades con el balón (doce intercepciones en su carrera) podrían dar el empujón decisivo a la secundaria de los Ravens.
¿Y si sigue siendo propenso a las lesiones? Entonces el daño sería manejable, ya que Baltimore no está comprometido a largo plazo. Las ganancias potenciales superan claramente a las pérdidas en este caso.
Alexander: una estrella para el elenco de estrellas de la NFL
Los Ravens ya cuentan con una de las mejores secundarias de la NFL. Con Marlon Humphrey y Nate Wiggins en las posiciones de cornerback y los safeties Kyle Hamilton y Malaki Starks, están muy bien cubiertos.
Humphrey es una estrella consolidada, Starks es un novato prometedor y Hamilton está considerado uno de los mejores safeties de la liga. Sin embargo, Alexander aporta una dimensión adicional. Su versatilidad permite al coordinador defensivo Zach Orr jugar con esquemas más flexibles, como Humphrey en el slot o Alexander marcando al mejor receptor rival.
Esta profundidad es muy valiosa en una liga en la que se da tanta importancia al pase. Además, con Alexander, los Ravens pueden amortiguar mejor las lesiones en el backfield sin perder calidad. En comparación con Chidobe Awuzie, que solo mostró un rendimiento sólido en 2024, Alexander es sin duda una mejora. Con esta secundaria, ya no hay excusa para las debilidades contra el pase.
NFL: Tal y como quería Lamar
Un factor decisivo para su fichaje fue el deseo de Lamar Jackson de traer a Baltimore a su antiguo compañero de equipo en la Universidad de Louisville. Ambos jugaron juntos de 2015 a 2017, y su estrecha amistad quedó patente, por ejemplo, en el Draft de la NFL de 2018, cuando Alexander celebró con emoción la elección de Jackson.
Baltimore Ravens: ya no hay excusas
Con Alexander a bordo, los Ravens ya no tienen excusas para 2025. La ofensiva liderada por Jackson, Derrick Henry y Zay Flowers es una de las mejores de la liga. La defensa es prácticamente inigualable en toda la liga.
El historial de lesiones de la antigua estrella de los Packers es un riesgo, pero la profundidad de la defensa y el contrato favorable minimizan el peligro. La influencia de Jackson demuestra que la franquicia está dispuesta a hacer todo lo posible para alcanzar el éxito. Siguiendo el lema: «¿Nuestro quarterback franquicia tiene un deseo? Lo cumpliremos inmediatamente». En una conferencia con potencias como los Kansas City Chiefs, los Cincinnati Bengals y los Buffalo Bills, los Ravens tienen que dar la talla.
El fichaje de Alexander es toda una declaración de intenciones: Baltimore quiere volver a luchar por el título.
Y, en el mejor de los casos, ganarlo. Cualquier otra cosa sería una decepción.
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