Desmond Watson ha luchado durante mucho tiempo por un puesto en la plantilla de los Tampa Bay Buccaneers para cumplir su sueño de jugar en la NFL, pero ahora tiene que buscarse un nuevo equipo. Al final, su peso récord le ha pasado factura.
Fue la historia tras el Draft de la NFL de 2025: los Tampa Bay Buccaneers ficharon a Desmond Watson, el jugador más pesado de la historia de la liga, con un increíble peso de 210 kilogramos.
Pero ahora, el sueño de la NFL se ha esfumado por el momento. Como consecuencia de la reducción de la plantilla a 53 jugadores, Watson fue despedido. Lo más amargo es que el defensa ni siquiera pudo demostrar su valía en los entrenamientos con los Buccaneers, porque su peso se lo impedía. Los entrenadores de los Bucs dejaron que Watson entrenara por su cuenta.
Recortes en la plantilla de la NFL también en los Tampa Bay Buccaneers
El equipo incluso lo incluyó en la «lista de enfermedades no relacionadas con el fútbol» debido a su sobrepeso. Debía concentrarse únicamente en perder peso.
Al comienzo del campo de entrenamiento, el entrenador jefe Todd Bowles explicó el procedimiento de la siguiente manera: «Se trata simplemente de convertirlo en un jugador mejor y más sano y de ponerlo en el campo». Sin embargo, Bowles no reveló públicamente un objetivo de peso concreto ni una fecha límite.
Según los medios de comunicación, Watson redujo su peso a unos 198 kilogramos, pero eso no fue suficiente para los Bucs.
Desmond Watson sigue soñando con la NFL
Para poner el peso en perspectiva: antes de Watson, los jugadores más pesados de la historia de la NFL que habían sido seleccionados en el draft eran los linieros ofensivos Trent Brown y Daniel Faalele, con 172 kilogramos.
En la universidad, con los Florida Gators, el tackle defensivo convenció a pesar de su peso, o quizás precisamente por él: no se perdió ningún partido en cuatro años y consiguió 63 placajes y 1,5 sacks.
En Tampa Bay, Watson firmó un contrato de tres millones de dólares tras el draft, de los cuales solo 70 000 estaban garantizados. Pero rendirse no es una opción. «Sigue trabajando en sí mismo», dijo su agente, EJ Gonzales, a Associated Press: «El trabajo aún no ha terminado».




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